El año pasado, en América Latina hubo 1538 muertos y más de 3 millones de contagios de dengue.

En lo que va del 2020, se registraron  más de 125.000 pacientes en Bolivia, Honduras, México y Paraguay, (con presidente y la primera dama incluidos) 

En nuestro país, en Enero había 2800 casos de contagio, lo que llevó al ministro de salud, Ginés González García, a declarar que las probabilidades de que el coronavirus llegue al país son bajas pero que estaba "mucho más preocupado por el dengue".

Y mientras muchos piensan que esta enfermedad está lejos, reservada a los climas subtropicales del norte del país, ocurre que en lo que va de 2020, en la provincia de Buenos Aires hay más de 150 casos confirmados y dos muertos.

En la Ciudad de Buenos Aires se triplicaron lo casos de dengue con respecto al año pasado: el boletín epidemiológico que se publica semanalmente acusa 179 casos, (el año pasado en Enero y Febrero hubo 66)  y están distribuidos en todas las comunas porteñas. 

El dengue es una enfermedad que se transmite a través de la picadura del mosquito Aedes Aegypti (también transmiten la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus de Zika). Se caracteriza por fiebre alta, náuseas, vómitos, erupciones en la piel, sangrado de encías y nariz, dolores musculares, tos y dolor de garganta. En sus casos más graves (dengue hemorrágico)  puede causar la muerte, sobre todo de niños, adultos mayores o personas con alguna enfermedad preexistente. 

La única herramienta para luchar contra el dengue es la prevención: fundamentalmente algo tan básico como el “descacharreo” para evitar la acumulación de agua que permite la reproducción de los mosquitos, la fumigación, el uso de insecticidas y repelentes, y los mosquiteros en las ventanas.